“Acaso las historias que he referido son
una sola historia. El anverso y el reverso de esta moneda son, para Dios,
iguales.”
(“Historia
del guerrero y la cautiva”,pg 52, Jorge Luis
Borges)
Tengo
que admitir que ha sido difícil escoger un tema para mi blog esta semana.
Dentro de tantos emocionantes y profundos simbolismos que Borges nos ofrece
para analizar, fue sumamente difícil para mi tener que escoger uno solo. No
obstante, al final opté por analizar el cuento:
“Historia del guerrero y la cautiva”.
Uno de los temas que mas me llamo la atención
en este sencillo pero profundo cuento, fue la idea de que a pesar de que los
seres humanos somos seres pensantes, civilizados, y distintos al resto de
animales en el mundo, aún conservamos nuestro lado instintivo o “animal”. La
obra “Historia del guerrero y la cautiva” puede ser difícil de entender cuando
pensamos que se trata de dos historias
diferentes. Borges es conciso al explicar que se esta hablando de la misma
“moneda”; y que por lo tanto, cada persona tiene un lado civilizado y un lado
bárbaro. Este lado “bárbaro”, no obstante, me hizo reflexionar mucho y me
motivó a buscar una respuesta a la pregunta de : ¿Hasta que punto debemos dar
libertad a nuestro lado bárbaro o salvaje?
Después
de despejar algunas de las dudas que tenia en mi mente y realizar unas cuantas
investigaciones encontré la mejor respuesta a esta pregunta en Mosiah 3:19 en
Libro de Mormón: “Porque el hombre natural es enemigo de Dios, y lo ha
sido desde la caída de Adán…” de acuerdo con las escrituras, es el hombre
natural que habita en cada uno de nosotros quien nos motiva a complacer los
placeres carnales en esta vida terrenal. Es el hombre natural el que muchas
veces nos hace poner nuestros corazones en la riquezas y vanidades del mundo.
Es este hombre natural quien representa nuestro lado bárbaro, y es claramente
enemigo de Dios.
Si bien
es cierto que cada uno de nosotros tiene ambos lados (civilizado y barbaro), no
apoyo a las palabras de Borges cuando dice “El anverso y el reverso de esta
moneda son, para Dios, iguales”, ya que nuestro lado salvaje representa el
hombre natural que es enemigo de Dios, y no debemos dejar que éste influya en nuestras vidas.